*Aseguran que el encargado de la SSP sembró armas y drogas para justifica el operativo *Lamentan que Gabino Cué resuelva los conflictos agrarios con la represión
Por: Jesús OLMEDO
Habitantes de la agencia de Recibimiento de Cuauhtémoc, perteneciente al municipio de Santiago Textitlán, aseguran que el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Marco Tulio López Escamilla ha sembrado drogas y armas para justificar el operativo y la agresión a pobladores de esta y otras comunidades de la Sierra Sur.
En conferencia de prensa, Rosendo Reyes Fabián, agente de la Comunidad Recibimiento de Cuauhtémoc, descartó que en este pueblo los campesinos y artesanos se dediquen a la siembra y cosecha de marihuana y amapola, como lo asegura López Escamilla.
El representa municipal descalificó las declaraciones vertidas por el encargado de la seguridad de los oaxaqueños al considerar que carecen de sustento y todo se trata de mentiras para justificar el operativo, el cateo a los domicilios y la golpiza que los policías le propinaron a mujeres y niños.
Reyes Fabián recordó que la mañana del jueves 28 de abril, unos 400 policías con equipo antimotín taparon las entradas y salidas del pueblo, mientras que otros elementos se dieron a la tarea de ingresar violentamente a las casas, donde causaron destrozos, pero además robaron dinero y electrodomésticos.
Argumentó que los guardianes del orden jamás entablaron un diálogo con los pobladores o las autoridades para explicar el motivo de su presencia, “simplemente llegaron a la comunidad, entraron a las casas, golpearon a las mujeres que se resistieron y luego de robar dinero y otros objetos”.
El entrevistado lamentó que el gobernador Gabino Cué Monteagudo haya ordenado este operativo violento, por ello, exigió una explicación, el castigo a los responsables y la reparación de los daños ocasionados en los domicilios; al igual que medicamentos para los lesionados.
Es de mencionar que Santiago Textitlán mantiene un conflicto agrario con San Pedro El Alto, Zimatlán, tema que no ha sido atendido por las autoridades federales y estatales, mientras que el riesgo de riesgo de violencia es latente ante la inexperiencia de los funcionarios del “gobierno del cambio”.
