En estos momentos de alternancia, quienes se dicen democráticos, salen atropelladamente a gritar que son el cambio verdadero; aunque para ello tengan que pactar con los personajes más reaccionarios de nuestra historia.
Nosotros solamente exigimos justicia.
En ese sentido, es imprescindible no olvidar que de las historias recientes de desaparición forzada de personas, hace 39 meses fueron desaparecidos en esta Ciudad los luchadores sociales Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez; quienes junto con las indígenas triquis Virginia y Daniela Ortiz Ramírez y el indígena chatino Lauro Juárez, desaparecidos también en este sexenio, constituyen, entre otras aberraciones, la historia negra que heredara Ulises Ruiz al alternante gobierno de Gabino Cuè Monteagudo.
En cuanto al encarcelamiento de los indígenas Loxicha, la confirmación de la sentencia de 66 años en contra de Tomas López Alamaraz, sumados a las lapidarias sentencias y largos procesos que enfrentan tanto en el fuero federal como común el resto de los compañeros, confirma la continuidad de la política genocida iniciada por Diódoro Carrasco Altamirano en 1996 contra los habitantes de esta miserable región.
Atendiendo el discurso gubernamental de la existencia de la guerrilla en los loxicha, si esto fuera realidad, se habría acabado con la miseria y las injusticia y no la continuidad de la política caciquil que ha convertido la hacienda municipal en un rico filón de oro para políticos locales, estatales y hasta federales que han hecho de la explotación de los loxicha su modo de vida.
Como en el caso de la independencia y la revolución hay quienes viven de ella a diferencia de quienes han ofrendado sus vidas en aras de darnos la tan lejana justicia y libertad; en los loxichas, a los viejos verdugos se han sumado quienes han hecho de la política local un lodazal.
Nada bueno podemos esperar si enfrentados encontramos a los dos diputados federales Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva y Jorge Franco Vargas disputándose los recursos destinados a los loxichas vía elección del presidente municipal.
Pero mas allá de sus vanidades mundanas nosotros solo exigimos justicia y libertad para Loxicha, los mecanismos para ello solo requieren de voluntad política de todos los actores políticos, donde el pueblo jugara, como siempre, el papel fundamental que históricamente le corresponde.
Loxicha vive, la lucha sigue!
Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Presos políticos y de conciencia de la Región Loxicha, libertad!
Respetuosamente:
Juan Sosa Maldonado
Oaxaca de Juárez, Oaxaca; 25 agosto de 2010
