Por medio del trabajo comunitario y un ejemplar sistema de gobernanza forestal a nivel local, las comunidades indígenas oaxaqueñas de Calpulálpam de Méndez, Ixtlán de Juárez, Santa Catarina Ixtepeji y San Antonio Arrazola han logrado diversificar su producción forestal más allá de la maderable con beneficios sociales, económicos y ambientales que destacan a nivel global, destacan investigadores internacionales.
Entre las iniciativas productivas se cuentan la venta de bonos de carbono, la comercialización de agua de manantial embotellada, la gestión de empresas de ecoturismo comunitario y la producción de resina de pino, hongos y plantas ornamentales.
Los investigadores visitaron las cuatro munidades ayer, en el marco del Taller sobre gobernanza forestal, descentralización y REDD+ en Latinoamérica y El Caribe, que organiza la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y se realiza en Oaxaca del 31 de agosto al 3 de septiembre con la asistencia de representantes de alrededor de 40 países y 200 asistentes.
“Para mí éste es uno de los ejemplos en donde ya hay un profesionalismo y un nivel de educación que no he visto tan fuerte en otras partes”, señaló sobre Capulálpam de Méndez Herman Savenije, coordinador del Programa Tropenbos Internacional, fundación con sede en Holanda.
En el Estado de Oaxaca existen alrededor de 215 comunidades que cuentan con aprovechamientos forestales autorizados que en conjunto incluyen 500 mil hectáreas bajo manejo forestal y una producción promedio anual de 400 mil metros cúbicos de madera en rollo. En la entidad operan cerca de 80 empresas forestales comunitarias que generan alrededor de 40 mil empleos y son ejemplos de gestión forestal a nivel nacional.
Calpulálpam de Méndez
Esta comunidad, ubicada a 70 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, es de las primeras a nivel nacional en entrar al mercado voluntario de venta de Bonos de Carbono, en un proyecto apoyado por CONAFOR, Servicios Ambientales de Oaxaca A.C. y Pronatura A.C.
Empresas como Gamesa, la farmacéutica Chino In y Fundación Televisa han comprado bonos de carbono para la neutralización de sus emisiones. Recientemente la comunidad logró el reconocimiento como Pueblo Mágico; cuenta con un aserradero, un Centro de Medicina Tradicional, una embotelladora de agua de manantial y la empresa comunitaria “Turismo Ecológico Comunitario” que ofrece temazcal, deportes extremos, hospedaje en cabañas, recorridos al bosque y grutas, además de que trabajan en un proyecto de interpretación ambiental.
“Estoy muy impresionado por el nivel de organización y los logros que han obtenido a través de su sistema de gobernanza comunal. Para mí los puntos fuertes son que la organización interna está muy bien establecida con cargos y responsabilidades claras”, destacó Savenije.
Ixtlán de Juárez
El territorio de Ixtlán de Juárez es considerada como una de las 17 áreas naturales con mayor diversidad biológica en el planeta. Las principales actividades productivas de la comunidad son: extracción de madera en rollo y su procesamiento para la producción de tabla dimensionada, fabricación de mobiliario escolar, para el hogar y la oficina. Ixtlán se unió a otras dos comunidades oaxaqueñas (Santiago Textitlán y Pueblos Mancomunados) para constituir la Integradora Comunal Forestal de Oaxaca (ICOFOSA), empresa comunitaria pionera en este esquema de organización, en el ámbito nacional e internacional. Los recursos provenientes del bosque les han permitido consolidar otros proyectos como el de Ecoturismo, una Unión de crédito, una tienda comunitaria, y una gasolinera, entre otros.
“Lo más impresionante de la gira es lo que han logrado hacer, tienen una parte industrial impresionante, yo he ido a Petén (Guatemala) y no he visto nada ni cerca de lo que tiene aquí. Lo más importante es que han logrado tener ese balance muy necesario entre lo que es empresa y lo que es comunidad, lo que es moderno, empresarial y tradición”, comentó Anne Larson, investigadora del Centro Internacional de Investigación Forestal.
Santa Catarina Ixtepeji
En tanto, en Santa Catarina Ixtepeji, los participantes del Taller de Gobernanza Forestal tuvieron la oportunidad de conocer otro modelo exitoso de silvicultura comunitaria, la Unidad Productora de Materias Primas Forestales (UPMPF), donde 694 comuneros unieron sus intereses y esfuerzos para lograr lo que hoy es una realidad, un verdadero aprovechamiento sustentable de sus recursos naturales que genera trabajo, desarrollo económico y el arraigo de sus familias.
Poseedores de más de 21 mil hectáreas de tierras comunales, donde crecen dos de las especies forestales emblemáticas de los bosques, como son el pino y el oyamel. La comunidad indígena Santa Catarina Ixtepeji, estableció ejemplos de empresas sociales como son la destiladora de resina; una planta purificadora de agua, desarrollo de turismo de naturaleza, producción de hongos comestibles y la comercialización de adornos navideños. El comercio de estos productos le genera a la comunidad ingresos anuales superiores a los 22 millones de pesos.
“Fue una experiencia muy importante conocer el trabajo de Santa Catarina Ixtepeji. Ver cómo la comunidad indígena maneja sus bosques y obtienen sus ingresos no sólo por la venta de madera, sino también por otros productos como la resina, el agua, el turismo y los hongos, es una experiencia que debe ser replicada en otras comunidades del mundo”, señaló Marcus Vinicio Alves, del Servicio Forestal de Brasil.
www.conafor.gob.mx
