La ejecución extrajudicial de Severiano Hernández Méndez, en Asunción Lachixila, perteneciente a Santiago Camotlán, se suma a la larga lista de ejecuciones extrajudiciales en este sexenio gabinista, sin que signifique un hecho aislado o resultado de pugnas intercomunitarias o familiares.
Por: Juan Sosa Maldonado
Se inscribe en la continuidad de ejecución de líderes sociales, comunitarios, sindicales, periodistas, defensores de derechos humanos a nivel local y nacional con el retorno de viejos represores a la política local-nacional.
Ya desde 1996 en la Región Loxicha, se habían observado los golpes represivos para la desarticulación de la unidad y autonomía de los pueblos originarios, con la persecución, encarcelamiento, desaparición forzada y ejecuciones de sus autoridades y líderes comunitarios.
Represión que alcanzaría también a Severiano Hernández Méndez en aquellos negros años del diodorismo.
La ejecución de Selerino Jiménez Almaraz en 1997, Lino Antonio Almaraz en el 2004, Crescenciano Moisés Pérez Enríquez en el 2011, Gregorio Ambrosio y Manuel Nicandro Ambrosio José en este 2012 son solamente botones de muestra del etnocidio contra los loxicha.
La Región de los Loxicha puede ser un ejemplo de lo que sucede ahora a nivel general y como se observó durante el 2006 en la capital del Estado.
Nuestro Estado ha sido considerado con una relevancia geoestratégica y por lo tanto, laboratorio de la contrainsurgencia nacional; de tal modo que los pactos de impunidad, la protección y el arropamiento de quienes encabezan los gobiernos represores vengan mas allá de nuestras fronteras, incluido el actual gobierno que utilizando el hartazgo de la población ante la incapacidad de una mínima conducción del Estado, para llegar al poder, da continuidad a esa aberrante política de terrorismo de estado con el pretexto de seguridad nacional.
En esa línea, la ejecución de Catarino torres Pereda, Heriberto Pazos Ortiz, Rafael Vicente Rodríguez Enríquez, de los ecologistas de San José del Progreso; la desaparición forzada de Edmundo Reyes Amaya, Gabriel Alberto Cruz Sánchez, Virginia Ortiz Ramírez, Daniela Ortiz Ramírez, los profesores Carlos René Román Salazar y Guadalupe Pérez Sánchez; las agresiones contra comunidades indígenas, organizaciones sociales, las marchas blancas contra el magisterio son parte de esta guerra de baja intensidad que nos receta el diodorismo-gabinismo.
De este modo, convocar a la unidad no debe ser un ejercicio falto de acciones, sino un trabajo permanente por superar esas pequeñas diferencias magnificadas por los verdaderos enemigos de nuestro pueblo, quienes atentan contra todos, con elecciones o sin ellas.
Juan Sosa Maldonado
Oaxaca de Juárez, Oaxaca; 24 de junio de 2012



