Opinión

ORGANIZACIONES ELECTORERAS: Julio Cesar Audelo

Cada proceso electoral  es sinónimo de exacerbados ánimos por competir, los grupos de poder apuestan por la continuidad, dentro y fuera de los partidos y  basándonos en que  la participación es  un derecho político que sustenta este intento de democracia en nuestro país,   en algunos casos se ha vuelto común que esta calentura por el poder  lleva a inventar, pedir prestadas las siglas o en el mejor  de los casos crear “asociaciones civiles” , para promocionar a determinado suspirante.
Asociaciones que muchas veces existirán mientras el proceso electoral no defina candidatos de cada partido político, y obviamente en Oaxaca se multiplica, por la idiosincrasia chapulinera a la que estamos  acostumbrados,  aunque había que aclarar que para las Asociaciones Civiles, el Instituto Nacional de Desarrollo Social, INDESOL, tiene un registro,  llamado CLUNI( una especie de acta de nacimiento de las Asociaciones Civiles) que es además  requisito para acceder a recursos federales,  esto a partir de la aprobación en el año 2004 de la Ley Federal de Fomento a las Actividades realizadas por los Organismos de la Sociedad Civil, existiendo a nivel nacional cerca de 19, 000 Asociaciones registradas, de las cuales en Oaxaca muchas no funcionan, principalmente por la falta de acceso a financiamiento, siendo todo  esto desvirtuado  por la  proliferación de “Asociaciones Civiles”  como en el caso particular de Santa Cruz Xoxocotlan, que raya en lo absurdo, principalmente por utilizar y denigrar el trabajo de los  organismos de la sociedad civil, pues estas asociaciones  buscan únicamente un fin electoral;  siendo  un legitimo derecho de difundir nuestras actividades, no es  válido que suspirantes a un cargo de elección popular se escuden en asociaciones fantasmas, pues crean  una percepción negativa en la sociedad, para los que realmente trabajamos los 365 dias  del año y  participamos en actividades  de nuestra organización, por ello es indispensable  que se regule y revise la existencia y trabajo real de estas asociaciones, más allá de sus actividades, pues asociaciones como CEUCO A.C., con 5 años de trabajo palpable, vemos con preocupación la forma desvirtuada  de utilizar el sentido de las asociaciones civiles, también llamadas el tercer sector, ya que dentro de nuestros fundamentos no perseguimos fines de lucro.
 

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