Un negro manto de impunidad y de olvido cubre la desgracia de Los Loxicha, allá, muy lejos los habitantes de la comunidades colgadas de las pendientes de la Sierra Sur, se debaten entre la marginación y la extrema miseria; los muertos de ayer y de hoy ya no son novedad, la persecución a los líderes comunitarios tampoco.
Por: Juan Sosa Maldonado
De los ocho presos políticos y de conciencia del fuero federal, nadie se acuerda; solamente su familia y el Gobierno; los viejos represores para seguirlos reprimiendo de manera vil y violando sus más elementales derechos humanos, lo hacen sabedores de la indefensión de los indígenas y de que gozaran de impunidad por esos crímenes. Lo mismo sucede con los presos del fuero común.
De la tragedia por los desastres naturales, ni hablar; los recursos que se destinen para ayuda humanitaria, correrán la misma suerte de los recursos para paliar la pobreza, recursos con los que se han quedado los políticos. También en esta etapa las migajas se reparten y la tragedia se convierte en botín. La historia se repite en la geografía nacional.
El próximo miércoles 25 de septiembre se cumplen 17 años de que las autoridades municipales de San Agustín Loxicha fueron arbitraria e ilegalmente detenidas por órdenes de Diódoro Carrasco Altamirano; quienes eran Presidente y Síndico municipales, los profesores Agustín Luna Valencia y Fortino Enríquez Hernández, siguen en prisión por delitos que no cometieron.
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