En la memoria de muchos no existe registro que en el país haya llovido como ha ocurrido durante esta época de huracanes y ciclones, nunca una desdicha como esta había golpeado a tanta población del país ni con tanta crueldad y menos había cubierto tantas entidades del país.
Por: Roberto López Rosado
Dip. Fed.
Quienes vivimos muy cerca del campo, de la tierra, quienes conocemos de las necesidades y desdichas de nuestra gente y hemos visto cómo están sufriendo en estos momentos, ha habido instantes que quisiéramos llorar, pero no podemos dejar que esto pase, aunque el coraje y la rabia a veces nos gane. Tenemos que estar enteros, arremangarnos los pantalones y salir a dar solidaridad de nuestros compatriotas sean de Oaxaca, de Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Sinaloa, Monterrey o el Distrito Federal.
No podemos más que agradecer esa gran solidaridad que hemos visto de la población que mucho o poco está dando gran amor ante la desdicha de quienes menos tienen, de quienes en verdad están sufriendo las inclemencias del tiempo, que no tienen un lugar dónde vivir, una cama, un baño, ni poder bañarse; que no tiene qué comer salvo una lata que les llegó de esa solidaridad.
Es evidente que no es fácil manejar una contingencia del tamaño de la desgracia que nos dejaron los huracanes Manuel e Ingrid que representan severos problemas de coordinación. Sí, el problema no es nada fácil de atender, no es cosa pequeña, el problema, la molestia viene cuando desde el gobierno federal no quieren engañar que la ayuda está llegando a todos lados, a todas aquellas poblaciones más lejanas de la llamada “civilización”.
Hay que reconocer que el gobierno actuó con prontitud –faltaba menos-, pero no podemos permitir que en aras de que su imagen no pierda bonos, menos aún fans, junto con las empresas televisoras del país, monten todo un show mediático donde el presidente Enrique Peña Nieto es el actor principal, junto con la Primera Dama, es decir, su esposa, Angélica Rivera, La Gaviota repartiendo despensas, cobijas, apapachos.
En las imágenes televisivas se les “cuelan” momentos como si todavía estuviéramos en tiempos de campañas electorales, y es que es poco creíble que en medio de la desgracia un puñado de personas le echen porras a Peña Nieto, más aún cuando la noche del 15 de septiembre después de desalojar a los profesores de de la CNTE, llenaron la plancha del Zócalo con acarreados del Estado de México para querernos hacer creer que el pueblo adora a su presidente.
Tengo que reconocer el trabajo de muchos medios de comunicación en todo el país que han estado informando de la desgracia que se vive en el país y han informado la población de los domicilios de los centros de acopio. El problema viene cuando, insisto, nos quieren montar un escenario que es un poco falso o tal vez muy mentiroso cuando en nuestros aparatos de televisión vemos cómo llega esa gran solidaridad a los millones de afectados.
Sí, no podemos decir que no está llegando nada, sí ha llegado ayuda, pero ésta no está siendo distribuida como se dice, como se presume. Hay cientos de poblaciones particularmente de Guerrero y Oaxaca donde esa ayuda que vemos llevan los mexicanos a los centros de acopio no les está siendo distribuida.
Vemos en la televisión, particularmente donde Peña Nieto llega, cómo se les da esa ayuda y vemos escenas donde la gente agradece el apoyo. El asunto aquí es que el gobierno no quiere reconocer que le ha sido imposible poder repartir esa ayuda por las condiciones y el tamaño de la desgracia.
Pero todavía más cuando las empresas televisoras, particularmente Televisa que como siempre lleva agua a su molino para tener dividendos, tal vez no económicos en este momento pero sí después, a bote pronto, implementa una campaña ¡Súmate ya!, la cual aprovecha para crear la idea en la gente que gracias a esta televisora todo mundo se está solidarizando.
En sus noticieros, hasta en el de Televisa Deportes, cada vez que tocan el tema nos dice: “cientos de personas están llevando víveres al centro de acopio del zócalo de la ciudad de México, gracias a ¡Súmate ya!” o “fulano o perengano deportista se ha sumado ya y ….”.
Mienten. La población no está llevando víveres gracias a que Televisa los está conmoviendo, no. El mejor ejemplo de esa gran solidaridad de los mexicanos ya está registrado en la historia cuando los sismos de 1985.
A esto hay que sumar la maquiavélica acción de la empresa con la conductora Laura Bozzo quien pretendió montar un espectáculo a su mejor estilo, grosero, aprovechándose de la tragedia humana con la ayuda y complicidad del gobierno del Estado de México quien le prestó un helicóptero, haciendo con esto el uso de recursos públicos porque la peruana no llevaba ningún tipo de apoyo y sí un equipo de producción y cámaras para la realización de su show.
Por fortuna, los mexicanos han tendido su mano a otros y siguen enviando lo que pueden. En el caso de Oaxaca, la población ha hecho lo propio. Un grupo de diputados del PRD en la Cámara de Diputados, decidimos donar un mes de nuestro salario para aliviar en algo la desdicha de nuestros compatriotas. Una parte de estos recursos están siendo ya enviados a las distintas poblaciones oaxaqueñas que fueron afectadas. “Las lluvias son una bendición” se dice, pero bueno, ya estuvo bien, y si no, mejor que “se vaya la desgraciada…”.
Entre la desgracia y el “show de la desgracia”: López Rosado
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