Según datos recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), que miden la pobreza en nuestro país se encuentran en esta situación 53.3 millones de personas, el 45.5 por ciento de la población. Oaxaca ocupa el tercer lugar de población en pobreza y, en porcentaje de población en pobreza extrema, se ubica dentro de las cinco entidades con mayor pobreza en el país. Según el Coneva, en 2010, había 537 municipios de un total de 570 (94.2 por ciento) donde más de la mitad de la población se encontraba en situación de pobreza.
Por: Roberto López Rosado
Diputado federal de la LXII Legislatura
Es elemental que el presupuesto federal para el 2014 que se le asignó a Oaxaca sea bien gastado y mejor distribuido como señalábamos en la colaboración anterior. Por ellos es importante el papel que debemos jugar las y los legisladores federales como los locales al ser verdaderos vigilantes del destino de los dineros del pueblo pero sobre todo, que sea en su propio beneficio. Por fortuna, llevamos una gran ventaja, el gobernador Gabino Cué Monteagudo está claro y consciente de lo que se le ha hecho al pueblo oaxaqueño que ha sido víctima de sus gobiernos anteriores.
Es urgente, pues, atender los rezagos ancestrales de una población que debe dejar ser orgullo solamente cuando se habla de su pasado cultural histórico. De poco o de nada sirve a nuestras comunidades de las Ocho Regiones de la entidad que sólo en las festividades como la Guelaguetza presumamos de “nuestra gente” cuando en la realidad, fuera de los escenarios, del glamur, cerca del 70 por ciento de esa, “nuestra gente”, se encuentra en pobreza y pobreza extrema.
Ya decíamos: “a nadie se le debe olvidar que al llegar el gobierno de coalición de Gabino Cué Monteagudo, Oaxaca era último lugar nacional en crecimiento económico; el último lugar en producto interno bruto, último lugar en inversión extranjera directa; último lugar en competitividad, sin generación empleo y de pilón, último lugar nacional en transparencia”. Por esto resulta alentador el dato que en su pasado informe de gobierno, Gabino Cué Monteagudo dio sobre Oaxaca: “se tiene registrada la disminución de 19.1 por ciento del número de personas en situación de pobreza extrema, y en 6.2 la cifra de personas pobres”.
El dato es confortable cuando el paciente se siente “un poco mejor”, sobre todo cuando fue atacado por una fuertísima infección que debe ser enfrentada con antibióticos: La pobreza, el olvido ancestrales de la población oaxaqueña, pero particularmente de las y los indígenas de nuestra entidad es endémica, grave, por eso resulta alentador que un gobierno distinto al que nos gobernó en el siglo pasado y parte de lo que va de éste atienda a su población a partir de una visión distinta de la que tuvieron aquellos que hicieron de Oaxaca y del trabajo de las oaxaqueñas y oaxaqueños un botín que se robaron como también su futuro.
Hoy estamos en posibilidad, al menos, de recobrar ese futuro hurtado y volverlo hacer de nosotros, de los y las oaxaqueñas cuando insisto, se gobierna con una visión social al garantizarse el derecho a la alimentación, a la salud, a la educación. Gracias a este gobierno de coalición, Oaxaca se ha convertido en la segunda entidad que destina el mayor monto de recursos para programas sociales, sólo por abajo del Distrito Federal. Hoy también aquí se dota de uniformes escolares gratuitos para cerca de un millón de estudiantes de educación básica de escuelas públicas.
Otro aspecto importante que habrá que reconocer también es el impulso que se le ha dado a la cultura. Oaxaca ha sido sede la décimo segunda edición del Congreso de Ciudades Patrimonio Mundial. Hace 25 años la UNESCO declaró al Centro Histórico y a la zona arqueológica de Monte Albán como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Esto no es cosa menor. Una población con un pasado histórico cultural que se refuerza día a día, insisto, no es menor, porque nos permite como población a ser mejores, a superarnos y tener un enfoque distinto de la vida y, desde luego, una visión social.
En fin, Oaxaca se encuentra hoy en día entre las entidades con mayor pobreza del país. Es en este rubro donde el poder ejecutivo y el legislativo oaxaqueños debemos centra nuestro trabajo y responsabilidad para sacar adelante a esta gran población.
El próximo año debe seguir siendo dedicado a atender esas ancestrales deudas. Un buen gobierno, un buen trabajo legislativo siempre va a ser reconocido cuando la población asciende a mejores estadios de vida. Esa debe ser nuestra aspiración, pero más que aspiración, a salir de los listados de los más pobres y aparecer entre los que tenemos un mejor nivel social, de vida y de preparación. Por lo pronto parece que vamos en buen camino.
Por buen camino: Oaxaca tercer lugar en población en pobreza.
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