En los próximos días, para ser más exactos el 24 de febrero, la revista estadounidense Time mostrará en su edición internacional a Enrique Peña Nieto, cuyo título dice: “Salvando a México”. El argumento de esta revista de corte conservadora es que “las reformas estructurales han cambiado la percepción de un país manchado por la violencia del crimen organizado”.
Por: Roberto López Rosado*
El periodista Michael Crowley de cuyo análisis se desprende la tesis que le da el título a la portada, señala que “los problemas generados por el narcotráfico y una economía tambaleante ahora son reemplazados por los aplausos”. Asegura que ahora México se ha convertido en favorito de los inversionistas internacionales gracias a las reformas estructurales de Peña Nieto.
Cómo no va a ser atractivo nuestro país para los inversionistas extranjeros si el actual gobierno les ha puesto la mesa suculentos platillos. Allí están la reforma energética y la laboral, por mencionar sólo dos, que les devuelve lo que el general Lázaro Cárdenas les quitó y les permite tener una mano de obra barata sin tener problemas de paros, huelgas, poder violar “derechos” laborales, si es que todavía los hubiera y no tener que lidiar con sindicatos. En fin, cómo no le van a aplaudir cuando la reforma al campo anunciada por Enrique Peña Nieto no representa ningún buen augurio para el agro y los campesinos del país. La grave situación que se encuentra el campo y los campesinos producto de las reformas al artículo 27 constitucional que se hicieron en la administración de Carlos Salinas de Gortari no van a significar una alternativa, por el contrario, la propuesta que enviará Peña Nieto al Congreso va a reforzar la reforma neoliberal agraria que en los últimos 30 años han sufrido los campesinos del país.
El programa que ha venido impulsando el Ejecutivo Federal no tiene nada que ver con la portada de Time. Es falso que busque “salvar a México”. Es para proteger a las grandes empresas nacionales y trasnacionales, como Bimbo, Bachoco, Kellogg’s y Maseca, olvidándose del minifundio que representan a más de 3 millones de unidades de producción susceptibles de entrar a la comercialización del campo que no han sido incorporadas, pues representan casi 15 millones de hectáreas que se les pretende hacer competir bajo un modelo productivo depredador y del concepto de “modernización y competitividad”.
Han pasado dos décadas de haberse firmado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), instrumento que supuestamente iba a significar mejores condiciones económicas para el país y los mexicanos. Al campo, presumía Carlos Salinas, le iba a ir mucho mejor, igual a los obreros, pero no fue así. En los últimos 30 años las políticas neoliberales han generado vergonzosos niveles de pobreza. 53 por ciento de la población vive en pobreza, 11 millones padecen hambre; las cifras del crimen organizado arrojan más de 100 mil muertos en seis años. Todo esto ha provocado que un mayor número de campesinos migren a Estados Unidos en busca de una mejor condición de vida para ellos y sus familias, a pesar de que una de las ofertas de Salinas era que los campesinos se iban a quedar aquí gracias al TLCAN.
Veinte después, el panorama para México y los mexicanos sigue igual de complejo. Por eso, la izquierda en el Congreso debemos de presentar una verdadera reforma integral al campo que incluya mayor asignación presupuestal, mayor subsidios, más y mejores tecnologías, entre otras muchas cosas y no esperar a que Peña Nieto haga uso de su facultad de poder enviarnos una Reforma Preferente que va a ser del gusto de los grandes consorcios agroindustriales.
La revista Time aplaude y otorga a Peña Nieto su portada, no porque vaya a salvar al país. Las políticas neoliberales impuestas en los últimos 30 años no han beneficiado ni salvado en lo absoluto a México ni a la población. Allí están las cifras que la revista americana no menciona, que esconde pero sí festeja que Peña Nieto hable de ‘competitividad’ pero no a partir de la necesidad de ser más eficientes, sino de competir desde la óptica del mercado, donde ya lo decía la semana pasada, “el pez grande se come al chico”. La presencia de Peña Nieto en la revista “no significa para la riquezas energéticas del país y para los mexicanos como tampoco para el agro y los campesinos un buen augurio.
*Diputado Federal del PRD por Oaxaca
