Notas del día, Opinión

Que estalle, la Revolución de las Conciencias: RLR

El pasado sábado 24 de mayo, en el auditorio de la Guelaguetza, la Izquierda Democrática Nacional (IDN), realizamos el encuentro “Un Pueblo con Educación Gratuita y de Calidad es un Pueblo Libre” que colmó a tope ese espacio del Cerro del Fortín.
 
Por: Roberto López Rosado*
 
Allí el dirigente nacional de la IDN, René Bejarano Martínez, recordó a un oaxaqueño ilustre: Ricardo Flores Magón  quien alzaba la voz por los mezquinos salarios que se les pagaba a los profesores y las lamentables condiciones de inferioridad social en que vivían. 108 años después, su proclama sigue vigente, lamentablemente. “La educación pública está minada por su privatización y el abandono paulatino de su carácter laico”, y los profesores siguen viviendo en las mismas condiciones, acusó el profesor.
José Martí como el propio Ricardo Flores Magón coincidieron en que una premisa para que un país avance, igual que sus comunidades, su gente, es poder acceder a la cultura, lo que llevará a la nación a ser libres. La cultura, la educación es la mejor herencia.
La recién aprobada Reforma Educativa no es más que una simulación de quien regresó al poder, del PRI, que pretende imponer un modelo de educación mediatizadora, que busca siga prevaleciendo el sindicalismo charro, bajo el mismo modelo Carlos Jongitud- Elba Esther Gordillo y ahora Elba Esther Gordillo-Juan Díaz de la Torre. Historias de corrupción y traiciones. Un siglo después de aquella arenga de Flores Magón, seguimos padeciendo analfabetismo, marginación y como acotó el propio René Bejarano, “mucha gente sigue viviendo en el cautiverio de la cárcel de la ignorancia”.
Las condiciones en materia educativa en México se asemejan a las del país hace más de cien años, por ello, aunque algunos les suene fuerte, en el país requerimos  de una nueva Revolución, pero no la de las armas, la de la violencia, la Revolución que desde el magisterio disidente se propone, por la que ha peleado la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE),  es decir, la de las conciencias porque en México sólo avanzan, sólo viven en mejores condiciones, un grupo muy reducido que tienen un mejor nivel de vida, que vive un mejor presente y un mejor futuro les depara en relación a los cerca 120 millones de personas.
Los mexicanos aspiramos no sólo a una educación gratuita y de calidad, requerimos acceder a mejores estadios, a la cultura, donde las televisoras no se conviertan en la Secretaría de Educación Pública y quieran, como dijo mi compañero diputado Hugo Jarquín, “controlar las conciencias de la población”, y así, nos pretendan gobernar, a su “imagen y semejanza”.
Como señalé también en el auditorio de la Guelaguetza:  necesitamos construir un país con un modelo de educación diferente, un modelo  alternativo  que mejore las condiciones de alumnos y maestros, que revolucione las conciencias de los mexicanos, para que estos no sean manipulados desde la “caja idiota”; necesitamos que las y los mexicanos conozcan libremente qué han significado las llamadas reformas estructurales y lo que van a representar cada una de ellas; que se politicen, porque sólo así podremos aspirar a tener un pueblo libre que esté atento de lo que le pasa a su país, de lo que se aprueba en el Congreso, de las consecuencias de las reformas y que conozcan en verdad, quiénes podrían ser  los verdaderos ganadores en caso de que las reformas secundarias de la Reforma Energética se aprueben, que sepan que los beneficiarios serán los mismos, aquellos que el general Lázaro Cárdenas echó cuando la Expropiación Petrolera”.
Por ello, la lucha de la CNTE,  de maestros y maestros de Oaxcaca, de los y las profesoras de todo país es importante. He señalado, a partir de una crítica sana al magisterio oaxaqueño, la necesidad de realizar una revisión de sus tácticas y estrategias de lucha, en ningún momento he pedido que deje atrás su espíritu combativo, crítico; no serán los charros los que van a edificar educación nueva, que despierte el espíritu crítico y la capacidad para construir un México diferente.
El retorno del PRI no ha sido más que una simulación que sigue practicando las mentiras de siempre, imponiendo reformas que perjudican al pueblo y benefician al gran empresariado nacional y extranjero y desaparecen a los pequeños y mediando empresarios, lo mismo que a los micro agricultores.
Peña Nieto prometió que iba a bajar la energía eléctrica, la gasolina, y ahora nos dicen que se van a tardar, que es muy probable que no sea así. Día con día aumentan los precios de primera necesidad, escalada que perjudica a los mexicanos todos. Por eso, cuando preguntamos en las plazas públicas, en las calles, en los mercados, si ya bajaron los precios de la energía eléctrica, de las gasolinas, de los productos de primera necesidad, la respuesta retumba con un “no”.
Sin embargo,  creo que si ha de otra. Una verdadera alternativa la vamos a construir desde abajo, en las comunidades campesinas, en las comunidades indígenas, en los comités de barrio, de trabajo, desde la base social.
Pero para alcanzar esto, requerimos ante todo, la unidad de la izquierda, por encima de los intereses personales, de grupo, de partido; para poder transitar en unidad, y desde ahí, todos juntos, estallar la “Revolución de las Conciencias”.
 
 

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