No caben dudas que el fútbol es el deporte que seguramente más se practica en el país y es también el que más atracción tiene entre los mexicanos. Millones de personas cada semana están frente a sus televisores para ver los juegos de lo que se llama ahora la “Liga BBVA Bancomer MX”.
Por: Roberto López Rosado*
En 2012, según el periódico El Economista, sólo la final de futbol mexicano significó 241.8 millones de pesos tomando en cuenta los comerciales de televisión, la publicidad estática dentro de los estadios, la publicidad durante los juegos, los esquilmos, las taquillas y la derrama económica en las ciudades sede.
A decir de Santiago Durán, director de Catalyst & Digital de Havas Media Group, si la selección no hubiera calificado, el impacto negativo hubiera significado más de mil 100 millones de pesos. El estimado representa al 1.5 por ciento del total del gasto programado para 2014, mientras el presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Justino Compeán, ha dicho que cada ciclo mundialista la facturación del equipo asciende a un mínimo de 250 millones de dólares. La cadena televisora de deportes ESPN.com detalló en una investigación que la pérdida sería de 600 millones de dólares en caso de que México no hubiera calificado al Mundial de Brasil 2014. Los ceros son muchos, pesan mucho. Sin embargo hay otra cosa que pesa mucho más que estas cifras: el petróleo, los energéticos del país.
En el PRD hemos demandado que el primer domingo de junio, a través de una consulta popular, como lo permite el artículo 35 constitucional, la población decida si está de acuerdo con la reforma energética de Enrique Peña Nieto y que aprobaron PRI, PAN, Partido Verde y Panal. El Ejecutivo federal y su partido se niegan a que las y los ciudadanos mexicanos sean consultados porque saben que al menos el 60 por ciento de ellas y ellos están en contra de la reforma, por ello los senadores priístas y panistas decidieron que la aprobación de la ley secundaria en materia energética se lleve a cabo en pleno campeonato mundial de futbol, aunque ya cambiaron unas fechas significativas, los días cuando juega el seleccionado futbolero.
Aunque los priístas niegan que el calendario de los trabajos en comisiones para aprobar las reformas no fue con el propósito de aprovechar la distracción de los mexicanos durante el mundial, es claro que Peña Nieto y el PRI decidieron que las leyes secundarias en materia energética se aprueben para cuando todo mundo esté metido Brasil porque saben que el lado flaco de los mexicanos es su gusto por el futbol. De esto dan cuenta las cifras arriba mencionadas.
Por ninguna razón estaríamos pidiendo a los mexicanos que dejen de ver el futbol. No lo van a hacer. Cada justa mundialista las oficinas, los planteles escolares, los legisladores hacen una pausa para ver los partidos futboleros sean los de la selección mexicana o los de otras selecciones.
Está bien que a los mexicanos les guste, nos llame el balompié pero también requerimos le guste, le atraiga, le genere coraje, rabia el hecho que le quieran ganar, meter gol no con la “Mano de Dios”, sino con falsas promesas, con mentiras, marcándonos un penalti que no lo es, es decir, entregando nuestros energéticos, nuestra renta petrolera a las grandes empresas petroleras trasnacionales, las mismas que el General Lázaro Cárdenas no les permitió siguieran adueñándose de nuestro petróleo porque es del patrimonio de los mexicanos.
Es necesario que los recursos naturales, humanos y económicos se orienten a procurar una mayor equidad para el progreso de los mexicanos que la expropiación signifiquen un hecho trascendental de reivindicación de la soberanía nacional.
Estamos sí, porque la selección de futbol gane, pero particularmente que México, todo el país, los mexicanos ganemos y no dejemos que nuestro petróleo se lo lleven, que no permitamos la privatización de nuestros recursos naturales.
Por eso, como cuando gana el seleccionado de futbol, salgamos a las plazas de todo el país a llamar a todos y todas a la resistencia civil pacífica contra la privatización de los energéticos. Que gane México, #QueNonosmetanotrogol.
Fútbol y petróleo; #QueNonosmetanotrogol
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