Al hacer nuestro recorrido por el Andador Turístico notamos afluencia de una gran cantidad de personas que degustaron las ricas aguas preparadas con las manos maravillosas de las y los oaxaqueños que le dieron un toque especial al sabor, el color y textura del vital líquido convertido en agua de sabor.
Por: Idolina Herrera López
En tiendas comerciales, restaurantes, bancos, museos, bibliotecas y tiendas artesanales, a las personas que veían pasar les ofrecían agua de diferentes sabores como, horchata con tuna, chilacayota, tamarindo, Jamaica, piña, guanábana, maracuyá, entre otras, así como nieves de diferentes sabores, hasta téjate , acompañadas de los tradicionales dulces regionales.
Lo que si les pedían que para servirles llevaran su vaso, porque ya está prohibido usar material de unicel, precisamente para ya no seguir contaminando el planeta y de esta manera aprender a cuidarlo.
Fue una verdadera fiesta de degustación, convivencia, alegría y sobre todo para seguir preservando estas costumbres y tradiciones que en Oaxaca solamente se llevan a cabo.
Porque Oaxaca es única, maravillosa, tenemos una gran riqueza cultural en las ocho regiones de la entidad y lo que tenemos que hacer es seguirla preservando.
