Ex diputada del Partido Verde Ecologista de México Erika Ortigoza, atrás del decomiso de un tigre y un oso del circo Oso Ruso, ya que al primero pretende cruzarlo con una hembra que tiene en su fundación, denunciaron los hermanos Ibarra.
Por: Jesús Isaac OLMEDO…
Personal de la Procuraduría Federal del Protección al Ambiente (Profepa) arribó con policías estatales para hacer el decomiso de Rayas, un tigre de 10 años de edad y Yogui, un oso de 30 años de edad.
Ambos ejemplares estaban en resguardo de la familia Ibarra, cuyo compromiso fue cuidarlos y no utilizarlos en las funciones, son solos animales en exhibición.
Sin embargo, por la contigencia del COVID-19, el circo Oso Ruso quedó varado cerca del Fraccionamiento Esmeralda, ubicado en el Municipio de San Pablo Etla; sin dinero ni comida para los trabajadores del circo, pero los vecinos llegaron a brindarles el apoyo necesario, tanto comida para los humanos como para los animalitos.
Al hacerse el tema viral en las redes sociales, denuncian que surgió el interés de la ex diputada federal del PVEM Erika Ortigoza, quien es presidenta de la organización “animalista” Invictus, asociación que ha sido muy cuestionada y señalada por el mal uso de los ejemplares, su venta y reproducción.
En este sentido, hay señalamientos en el sentido de que Erika Ortigoza pretende apropiarse de Rayas (tigre) para cruzarlo con una hembra que la organización Invictus tiene en Pachuca, Hidalgo, lo que nuevamente desató una serie de cuestionamientos hacia la ex diputada del PVEM.
En su mayoría los comentarios en redes sociales fueron a favor de los hermanos Ibarra, propietarios del Circo Oso Ruso, para que Rayas y Yogui sigan bajo su resguardo, pues las personas que han conocido a los animales aseguran que están en buena condición y sin maltrato.
Es así que este día jueves 23 de abril se espera una concentración y protesta pacífica de oaxaqueños(as) en las instalaciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente para exigir a las autoridades el cese al acoso a los hermanos Ibarra y que los animales permanezcan bajo el cuidado de sus dueños.
El temor de las personas es que Yogui, el oso de 30 años de edad, al cambiar de ambiente muera de tristeza al extrañar a su familia humana; mientras que Rayas, el tigre de 10 años de edad, pase a ser un animal de colección en la residencia de algún empresario o político.
