*No hay autoridad que frene la violencia en la Cuenca del Papaloapan. *Levantones y ejecuciones a la orden del día.
De la redacción…
Esta madrugada el cuerpo de dos personas “descuartizados” fueron abandonados en la vía pública; junto a los restos humanos había una cartulina con un amenazador mensaje.
“AQUI ESTAN TUS COBRADORES QUE MANDAS A GOLPEAR Y AMENAZAR A LA GENTE QUE SE ATRASAN EN SUS PAGOS ISRAEL NAVA PEREZ E ISRAEL NAVA VASCONCELOS SINTIENDOTE APOYADO POR EL MUNDO ALIAS EL SONIC Y LA HIJA DEL CHEPE GRISEL HERNANDEZ TOLETINO ASI VA ATERMINAR TU GENTE Y USTEDES DOS”. (Sic).
La noticia de los “desmembrados” se regó como pólvora y en las redes sociales las imágenes causaron temor y repudio entre los oaxaqueños, principalmente de quienes por desgracia habitan en la Cuenca del Papaloapan, donde el crimen organizado ha ganado la batalla a las autoridades y hoy son amos y señores de esa región de Oaxaca que colinda con el estado de Veracruz.
Uno de los cuerpos que aparecieron descuartizados en la Avenida Carranza esquina Mutualismo en Tuxtepec, se presume que correspondía al ex reportero Diego Carrasco Zaleta, quien apenas hace seis meses colaboraba con El Piñeiro de la Cuenca “periodismo y debate”. El otro cadáver aún no es identificado.
Diego fue visto con vida ayer, se presume que un convoy con hombres armados lo levantaron como a las 3 de la tarde en el Boulevard Plan de Tuxtepec, sus amigos y familiares no podían creer que hoy lo encontrarían en una bolsa negra como si se tratara de basura.
Antes de ser reportero y colaborar con El Piñeiro y el Cuenqueñito, Diego Carrasco Zaleta fue bombero; quienes lo conocieron, recuerda a Diego, como una persona de carácter alegre, preocupado por los demás y siempre dispuesto a ayudar.
Sus conocidos desconocen cómo fue que Diego se relacionó con personas de dudosa reputación que lo pudieron llevar a la muerte. Ahora exigen justicia y que las autoridades por fin hagan algo para frenar la violencia en Tuxtepec y los municipios cercanos donde ya son comunes los levantones, ejecuciones y descuatizados.
En los últimos años la violencia aumentó en los municipios colindantes entre Oaxaca y Veracruz; los empresarios han tenido que huir para evitar pagar “cuotas” o ser asesinados.
Las autoridades municipales solos no pueden enfrentar al crimen organizado, quienes se han atrevido a no negociar han pagado con su vida.
Hace años que la población ha sugerido la militarización de la zona, para que el Estado recupere ese territorio que hoy está en manos de células criminales, que aunque entreguen despensas y dinero a la gente pobre, son criminales que no se tocan el corazón para matar a una persona.
