Cultura

Segundo viernes de cuaresma en Santiago Astata: Noel Fermín Hernández

Yo vengo como todos los hombres, de muy lejos, de muy abajo; pertenezco a la despeinada, descalza y hambrienta multitud mexicana, y he peleado, desde que me acuerdo, por ser mañana distinto al de hoy y pasado al de antier; ser distinto cada día ha sido mi lucha, pero siempre con un horizonte y sin dejar de ser aquel que descalzo anduvo en su niñez. (Andrés Henestrosa)

 

 A propósito del segundo viernes de cuaresma…Sin pretensiones biográficas ni de análisis.

 

Para los que no me conocen, o no me recuerdan; soy Noel Fermín Hernández. Originario de Santiago Astata, primer hijo de cuatro que tuvieron mis padres DONACIANO FERMIN GUTIERREZ Y ARCELIA HERNANDEZ CIRIACO (QEPD). Tuve la fortuna de nacer en Barrio Nuevo, en un hogar muy humilde, como entonces eran los hogares del barrio. Ahí se respiraba la pobreza, era nuestra fiel compañera.

Con ese recuerdo me quedé.

Mis padres se separaron después. Mi padre se llevó a los dos de en medio; yo y mi hermana Chayo nos quedamos con mi madre, quien nos “aventó” con mis abuelos FLORENTINO HERNANDEZ CASTRO Y JUANA CIRIACO PEREA (QEPD). Nuestro calvario inició desde el primer segundo que llegamos, por su forma de “educar” fuera de serie: gritos, insultos, agresiones, maltratos y lo que le sigue. Nuestras obligaciones comenzaban desde las 5:30 o 6:00 de la mañana, según estuviéramos en la primaria o secundaria, y dije obligaciones porque entonces no existían muchos derechos, y los pocos que había para mis abuelos eran nada.

Por eso casi no participé en fiestas. No recuerdo un solo cumpleaños. No practiqué ningún deporte. Casi no estrené alguna ropa o calzado. La poca diversión que recuerdo fue nadar en el río o en la poza que se hacía frente a la Casa Escuela (hoy CECyTE), convencido de que llegando a casa me esperaba una buena chinga, por los ojos rojos que llevaba por haber jugado a encontrar la piedra blanca que alguien aventaba, y obviamente era una gran celebración de triunfo para quien la encontrara. Jugar a las escondidas o al gato en las noches también tenía “un costo”. Otra buena chinga.

¿Y en el segundo VIERNES DE CUARESMA? Pues era abrir un cerro de ostiones, o si bien me iba a acarrear las maletas o cajas de los visitantes para hacerme de unos pesitos, que obviamente tampoco podía darme el lujo de “malgastarlos”, así que tampoco recuerdo haber disfrutado de un segundo viernes de cuaresma, creo por eso tampoco aprendí a bailar.

En este ambiente y un poco decepcionado, desanimado, sin esperanzas, logré terminar la Secundaria, y sin más sueño, casi fui obligado a presentar mi examen de ingreso en la Normal Rural de “Mactumactza” (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas), en modalidad de internado, en donde con satisfacción puedo decir que pasé el examen, y ahí decidí quedarme hasta en vacaciones, (de guardia le llamaban), porque ya no quise regresar a sufrir más humillaciones, maltratos, trabajos forzados…en casa.

Sí seguí sufriendo y pasando penas, pero no con la misma intensidad, no con la misma saña; y eso era mucho mejor que volver a casa con Juanatino. Ahí recibí mis primeras clases sobre ANÁLISIS Y TEORIA POLÍTICA. Ahí me volví dirigente estudiantil. Desde ahí pude lograr una plaza en la Sección 22 de la CNTE de Oaxaca, y ser parte del Comité Ejecutivo Seccional en el estado, en el periodo 1995-1998, a mis escasos 25 años de edad.

Aquí mis razones de no haber “regresado” de nuevo al pueblo, de haberme perdido tantos SEGUNDOS VIERNES de cuaresma. Volví hasta hace algunos años, cuando aún en vida me reuní con mi abuela Juana, para pedirnos perdón por nuestros errores cometidos, ella por la forma en que me trató y yo por no volver más con ella. Lo mismo sucedió con mi madre antes de fallecer. Igual a sucedido con mi abuelo Tino, a quien, con el corazón en la mano, lo apoyé con todo en el festejo de sus 90 años. Poco a poco he ido olvidando las afrentas, poco a poco fui trascendiendo del infierno del resentimiento a la magia del perdón. Por eso cuando elaboré mi tesis para titularme como Licenciado en Derecho, se los dediqué tanto a mis padres, como a mis abuelos. Aquí se los dejo:

A mis padres, por haber tenido el acierto de traerme al mundo…haber disuelto su unión, me permitió luchar por mi sobrevivencia y aprender a no tenerle miedo a la responsabilidad. ¡Los comprendo, los quiero, los extraño…!                   

A mis abuelos por haberse hecho cargo de mi (muy a su manera) pues sus “castigos y maltratos”, templaron mi carácter y forjaron mi espíritu libertario y emprendedor. Por ellos la franqueza es mi baluarte. ¡Gracias abuelita Juana (+)! ¡Gracias abuelito Tino!

Aquí está de vuelta el niño aquel que a sus escasos 15 años salió de su pueblo, únicamente cargando mis recuerdos, el caparazón de mis tristezas, el costal de mis desencantos, lamentos y frustraciones, el peso de mis penas intensas e incontenible. Cuántas veces caminé por las calles sin saber a dónde ir, con un nudo en la garganta, pagando errores, sufriendo penas, tal vez arrepentimientos. Ahora estoy de regreso y este es mi primer VIERNES DE CUARESMA, convertido en un hombre de bien, tratando de mantener una actitud correcta ante la vida, con el entusiasmo y la fe inquebrantable de que todo saldrá bien en medio de esta pandemia que nos ha azotado y asustado a todos. Por gratitud, quise escribir mis sentimientos, y una breve reseña de nuestra gran fiesta, la más grande e importante de la región. Aquí se los dejo:

Santiago Astata es un lugar que se encuentra ubicado “exactamente” a la mitad de la carretera costera entre Salina cruz y Huatulco. Aquí se celebra la fiesta del segundo viernes de cuaresma, en honor al Señor de la Piedad. Algunos historiadores y antropólogos sostienen que en sus inicios el pueblo se llamó Aztatlan en náhuatl, nombre impuesto por los Mexicas, quienes no solo marcaron el destino de los chontales, sino que bautizaron en náhuatl cada pueblo de sus señoríos, poniéndoles el nombre que actualmente llevan: Aztatlan en náhuatl significa Astata.

De manera general se dice que Astata significa “Lugar de Iguanas” que proviene de: “aztatl”: Iguana y “tlan”: Lugar; lo que nos da: Santiago Astata “Lugar de las Iguanas”. Posee una extensa biodiversidad de flora y fauna, como el venado, jabalí, conejo y obviamente una importante cantidad de iguanas, lo que le hace honor, de alguna manera a su nombre.

Aunque se dice que el pueblo fue fundado en el año de 1516, de acuerdo a pláticas, testimonios y relatos, se menciona que el segundo viernes de cuaresma, se inició como una celebración para venerar al CRISTO NEGRO, que se encuentra en la Iglesia Católica del pueblo, y aunque es difícil determinar una fecha exacta del inicio de esta celebración, se sostiene que esta fiesta lleva más de cien años de celebrarse.

La celebración es después del miércoles de ceniza, por lo que la fecha varía, pero por lo general es a finales de febrero o principios de marzo. Esta es la fiesta más grande con la que cuenta Santiago Astata. En esta fiesta acuden muchas personas provenientes de poblaciones cercanas, pero también de lugares más lejanos como Pinotepa Nacional, incluso de otros estados como Puebla y la Ciudad de México, ya que la milagrosidad del Señor de la Piedad o Cristo Negro ha trascendido fronteras, y que se dice es el tercer CRISTO NEGRO que existe en el Estado de Oaxaca.

La realización de este evento, es de folklor, de color, de alegría, de lenguas, de tradiciones, Es así como los anfitriones, representando a la cultura chontal de la costa, se viste de gala en estos días como inicio de la cuaresma.

 

¡¡¡BIENVENIDOS A NUESTRO PUEBLO, PAISANOS, AMIGOS Y VISITANTES!!!

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